El nuevo Borrador de la LOMCE avanza tímidamente en la complementariedad de los modelos educativos

Tiempo de lectura aproximado: 3 minutos

Para la Federación de Enseñanza de USO, el último borrador de la LOMCE presentado a la Conferencia Sectorial el pasado 4 de diciembre ha experimentado una mejoría en relación con los textos anteriores y recoge algunas de las aportaciones que desde FEUSO hicimos al Ministerio de Educación.

Sin embargo, seguimos pensando que, una vez más, se ha trabajado sin contar suficientemente con la opinión del profesorado y que, además, se ha dado oxígeno generosamente a un conflicto político con algunas Comunidades Autónomas y con importantes sectores de la comunidad educativa. No sabemos si este Borrador será el definitivo, el que se acabe presentando a las Cortes, pero sí intuimos que sus propuestas que no van a contar con muchos apoyos, en buena parte por la situación de crisis económica y los recortes que padecemos, que no ayudan nada en un proceso tan polémico y complejo como es desarrollar una nueva ley educativa.

Para FEUSO, el nuevo texto, aunque mejorado, adolece de muchas incoherencias internas, pues el Ministerio, al no presentar un texto alternativo a la LOE, se ha dedicado a parchearla sucesivamente borrador tras borrador. Una de estas incoherencias se refiere a la enseñanza concertada: esperábamos más medidas correctoras para mejorar una situación con muchas carencias que se mantiene desde hace muchos años, pues en las sucesivas leyes educativas no se han aprobado medidas que garantizasen la estabilidad a los centros y al profesorado. Tanto la LOGSE como la LOE han considerado a la enseñanza concertada subsidiaria de la pública.

Es cierto que se han adoptado decisiones necesarias y valientes, como la defensa de la educación diferenciada, rechazada sectaria y demagógicamente por los defensores del modelo único. Sin embargo, los problemas más graves que socavan realmente la libertad de elección de centro por las familias apenas se han tocado. Para FEUSO, los principales problemas son el déficit económico crónico de los centros y, por tanto, la financiación insuficiente para alcanzar un verdadera gratuidad de la enseñanza; unas desfavorables condiciones sociolaborales del profesorado que no se resuelven nunca, y la grave inseguridad jurídica del actual régimen de conciertos educativos que está bloqueando la negociación colectiva en el sector.

En la LOMCE apreciamos algunos cambios que pueden mejorar nuestro sistema educativo, como el refuerzo de los procedimientos de evaluación: todo lo relacionado con la evaluación es una de las apuestas más fuertes de esta ley. Junto a ello se ha flexibilizado la comprensividad radical del sistema mediante una nueva configuración de las enseñanzas académicas y aplicadas o profesionales. Los itinerarios en el cuarto curso de la ESO y la decidida apuesta por la Formación Profesional pueden contribuir a disminuir tanto el fracaso como el abandono escolar, los principales problemas de nuestro sistema educativo. La introducción de una asignatura alternativa a la Religión permitirá reforzar en el currículo la educación en valores, tan necesaria en el contexto actual. Durante años, se ha consentido una situación desfavorable para la asignatura de Religión y su profesorado, al convertir en un mero pasatiempo lo que debería haber sido la alternativa a la Religión.

También se introducen leves mejoras que permitirán a los centros concertados mayores garantías de estabilidad para que sus proyectos educativos tengan más coherencia y solidez en el tiempo, sin estar permanentemente al albur de las Administraciones educativas, pues algunas de ellas siguen considerando el concierto más o menos como un favor o una concesión gratuita, y no como un derecho real de las familias, las verdaderas protagonistas de la educación de sus hijos.

Aunque desde el Ministerio se ha evitado hablar de ello, desde FEUSO pensamos que para la correcta implantación de esta nueva ley, se precisa contar con un mínimo de recursos económicos que hagan verosímil su desarrollo. Por último, visto el debate que se está produciendo en torno a esta Ley y las reacciones encendidas tanto de algunos partidos políticos como de determinados sectores de la comunidad educativa, nos tememos que al final se impondrá, como ya ha sucedido en otras ocasiones, la demagogia, el partidismo y la politización. Esta politización de las cuestiones educativas impide un debate sosegado y profesional para afrontar con el necesario consenso las medidas que permitan sacar nuestro sistema educativo de la situación en la que se encuentra. El Pacto Social y Político que reclamamos, hoy todavía más necesario, está más lejos que nunca.

LSB-USO
Siguenos en: