La economía, ¿un mundo real o virtual?

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Pasado ya los primeros momentos del anuncio por parte del Ministro Sr. de Guindos sobre el rescate, préstamo, ayuda o vacuna contra la ‘gripe, vaya usted a saber, a la banca, LSB-USO quiere detenerse, aunque sea solo un momento, en el estado de nuestra economía.

Si nos atenemos a lo que ha pasado en los últimos tiempos parece que la preocupación de nuestros políticos nada tiene que ver con la preocupación de la ciudadanía. Para nosotros el problema es muy sencillo, real y tangible: Tenemos más de seis millones de conciudadanos en el desempleo. Tenemos más de once millones de convecinos (el 25.5% de la población) viviendo al borde de la pobreza más absoluta.

Tenemos más de un millón setecientas mil familias con todos sus miembros en paro. Tenemos un sistema de bienestar social (Sanidad, educación, servicios sociales…) que se ha visto recortado tanto en sus elementos cuantitativos como cualitativos. Tenemos un nivel de vida cada vez más empobrecido: bien por quedarnos en el desempleo, bien por bajarnos los salarios, bien por subirnos los impuestos, bien por encarecimientos de productos elementales (energía, transporte…). Tenemos previstos para los próximos cuatro años doscientos mil desahucios, con toda la carga negativa de este hecho. Estos y algunos más son los problemas con que nos encontramos en la vida real, en la economía que todos padecemos día a día.

Nuestra clase política vive en otra realidad que no se ve, no se toca, parece casi virtual, pero nos abofetea con sus efectos.

Para ellos los problemas económicos son de índole financiera, están preocupados: por el alcance de la deuda pública; por el insufrible vaivén de la prima de riesgo, vaivén que últimamente parece más una escalera: subida, rellano, subida…; por el misterio de nuestro sistema financiero que, como si se trate del extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, ha pasado, de la noche a la mañana, de ser uno de los más potentes y estables del mundo a estar temblando de cara a una futuro próximo y ni tan siquiera esa promesa de inyectar cien mil millones de euros ha conseguido que los mercado se fíen de él; por la imagen que dejamos traslucir a los mercados internacionales y en consecuencia la ‘perdida o ganancia’ de confianza. Y muchos elementos más que podríamos enumerar y todos ellos con un denominador común: los ciudadanos no observamos que ninguno sirva para afrontar los problemas reales antes mencionados.

Esta dicotomía de preocupaciones entre los ciudadanos y su economía real y la Clase Política y su economía virtual ennegrece cualquier alternativa que podamos tener a corto plazo. Cuando para unos, los políticos: el desempleo, la pobreza, la marginación, en definitiva, los problemas cotidianos no tienen un puesto relevante en su agenda de trabajo y para otros, los ciudadanos, observamos alarmados un alejamiento paulatino entre nuestros intereses y nuestros representantes, la conclusión es que de este camino enfrentado no puede traer nada bueno. Desde LSB-USO no queremos caer en la demagogia de afirmar que la política económica virtual del Gobierno, nada tiene que ver con los problemas reales de la política económica real de la ciudadanía. Sabemos que existen vasos comunicantes entre ambas y que hay que atenderlas conjuntamente, pues lo que hiles por un lado puede quedar deshilachado en el otro, pero es que en los últimos tiempos, solo se está hilando en lado de los poderosos, mercados, bancos, agencias financieras… sin tener en cuenta a la otra parte. Creemos que ha llegado el momento de sincronizar los relojes o las ‘costuras’ de nuestra convivencia saltarán por los aires.

LSB-USO
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