1º DE MAYO: El futuro de Europa no puede basarse en trabajo precario

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Con ocasión del día internacional de los trabajadores, la Confederación Europea de sindicatos (CES) afirma que el futuro de Europa no puede basarse en trabajo precario. El principal desafío al que se enfrentan los gobiernos de la UE y de los países es centrarse en la calidad del empleo, promover la inclusión social y reducir las desigualdades cada vez mayores, especialmente en un contexto de globalización que pretende derribar el orden económico y social existente.

El Secretario de General de la CES, John Monks, comentó: “en esta crisis económica los trabajadores europeos deben cada vez más hacer frente al desempleo y a situaciones de trabajo precario, que se ven agravadas por la brutalidad de la crisis económica que estamos viviendo. Empleos precarios, a menudo el único tipo de empleo disponible para los jóvenes, que también se están difundiendo a segmentos de la sociedad que hasta ahora no se veían afectados por este fenómeno. Se siguen amasando enormes fortunas y están aumentando las desigualdades. El trabajo precario no puede representar el futuro de la Unión Europea. Socava a las personas, a la sociedad y la democracia. A largo plazo, nos dirigimos hacia el empobrecimiento generalizado que reduciría Europa tanto económica como políticamente.”

Para remediar esta situación de deterioro del empleo, la UE debe desarrollar políticas de inversión a través de un plan de recuperación de la UE equivalente al 1% del producto interior bruto de Europa y diseñadas para ofrecer creación de empleo y nuevas e innovadoras políticas industriales. “Invirtiendo a largo plazo Europa puede salvaguardar la permanencia de su modelo. El desafío es enorme, especialmente en un contexto de globalización agresiva y con grandes déficits en los gobiernos de Europa. Pero el desafío tiene que cumplirse, motivo por el que Europa tiene que dotarse de suficientes recursos, especialmente presupuestarios”, añadió John Monks.

Con el centro de gravedad del crecimiento mundial desplazado a Asia y América Latina, la CES pide a la Unión Europea que desarrolle políticas industriales fuertes. Éstas ya no pueden basarse en la cooperación intergubernamental, pero deben funcionar en una dinámica de coordinación industrial de la comunidad que trasciende las divisiones intraeuropeas y los efectos perversos de requisitos de rentabilidad a corto plazo para inversiones industriales.

Las inversiones en las personas también son vitales. Educación y formación – todavía la mejor defensa contra el desempleo a largo plazo – deben ser accesibles a todos los ciudadanos. Formación profesional y aprendizaje permanente son factores vitales para la adaptación de los trabajadores europeos a un entorno cambiante. La sociedad basada en el conocimiento ofrece nuevas perspectivas a todo el mundo, pero para evitar la creación de nuevas categorías de víctimas de la exclusión social, debe asegurarse que todo el mundo puede adquirir los nuevos conocimientos, competencias y calificaciones que hagan posible seguir formando parte de la mano de obra en un mercado de trabajo cambiante . Como el último reciente documento de trabajo de la OCDE indica, es preciso facilitar la transición de la escuela al trabajo a través de un compromiso de las autoridades públicas y el mundo empresarial.

La calidad del empleo debe ser el objetivo. Empleos de calidad, asegurar una vida decente y el desarrollo económico y social sostenible.

Las políticas de solidaridad activa también son necesarias para apoyar a individuos y países en dificultad, pero también para estimular la actividad y la cohesión social. La CES ha pedido en repetidas ocasiones un New Deal, un pacto social, una política activa para producir una economía más sostenible y un sistema de solidaridad y justicia social. Centrarse en la reducción del gasto público y de los regímenes de protección social en un momento en el que la economía aún necesita ser apuntalada es un error que de seguro tendrá consecuencias graves. Sin inversiones, sin medidas de solidaridad, la sociedad se tambaleará por completo.

En toda Europa, los sindicatos protagonizarán movilizaciones para expresar su rechazo a este cambio que pretende niveles más bajos de protección social y emitirán una llamada alta y clara ala solidaridad y a la cohesión para el futuro de los trabajadores.

LSB-USO
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