La persistente escalada de precios en rubros como la alimentación y los combustibles sigue sin dar tregua, ejemplificada claramente por el incremento del 2,3 % en el índice general del IPC durante el mes de julio. Esta cifra supera en cuatro décimas el aumento registrado el mes precedente.
Pero más significativamente, la inflación subyacente, que refleja tendencias estructurales, vuelve a crecer, superando nuevamente el umbral del 6 % al situarse en un 6,2 %. Este último valor representa un incremento de tres décimas respecto a los datos de junio.
Los alimentos continúan siendo la principal fuente de presión sobre los bolsillos de la población de ingresos medios, evidenciado por un incremento del 10,8 % en este sector, con especial énfasis en el encarecimiento de frutas y aceites. Por otro lado, el sector del transporte también contribuye al alza del IPC, lo que repercute en los precios en regiones extrapeninsulares. Tanto las islas, con un aumento por encima del 3 %, como las ciudades autónomas, superando el 4 %, mantienen una inflación más elevada.
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