Las horas extras no remuneradas continúan siendo una problemática arraigada en el ámbito laboral español, persistiendo como una de las prácticas abusivas más extendidas. A pesar de la implementación del registro horario con la intención de erradicar esta conducta, la realidad evidencia que dichas horas no retribuidas persisten como un patrón fraudulento recurrente que perjudica tanto a los empleados como a sus contribuciones y beneficios futuros, además de afectar negativamente al entramado de seguridad social al evadir el pago de impuestos.
De hecho, saldar las horas extra “por debajo de la mesa” o en la “economía sumergida” también constituye un fraude que perjudica tanto al empleado como a las entidades de la Seguridad Social y Hacienda.
La incógnita surge: ¿cómo determinar si se están pagando las horas extra, si no lo están haciendo, y cuántas horas extra no remuneradas se llevan a cabo? Dado que estas horas no están registradas y no generan tributación, su cuantificación es únicamente posible a través de estimaciones, principalmente basadas en encuestas. La Encuesta de Población Activa (EPA) es la más relevante en este contexto. Asimismo, el estudio elaborado por USO para evaluar la situación laboral de los jóvenes también revela que la omisión del pago por horas extra es una constante que afecta a la juventud en su inserción al mundo laboral.
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