El análisis imperativo de las condiciones laborales de las mujeres cada 8 de marzo nos conduce a examinar algunos progresos en materia de igualdad, aunque escasos. Al respaldarnos en datos concretos, concluimos que las mujeres enfrentan una tasa de desempleo superior, más precariedad laboral y mayor temporalidad.
Asimismo, perciben un salario inferior, incluso cuando trabajan el mismo número de horas, principalmente debido a su concentración en sectores feminizados. Además, persiste una significativa disparidad en la representación femenina en altos cargos, roles directivos y posiciones de empleadoras. Como resultado de estas desigualdades, también se observa una menor cantidad de mujeres beneficiándose de pensiones de jubilación, las cuales son, obviamente, de cuantía inferior.
En la realidad española, por cada 100 hombres empleados, hay 87 mujeres. Aunque es importante destacar que, desde 2006, la brecha ha experimentado una reducción significativa: en aquel entonces, superaba los 4 millones de personas, mientras que hoy se sitúa en 1,54 millones. No obstante, durante el período de máxima destrucción de empleo debido a la crisis en 2013, las mujeres se retiraron en mayor medida del mercado laboral, alcanzando un nuevo pico de discrepancia en 2018.
Son algunos datos del informe “Rompiendo brechas: Análisis del rol de las mujeres en el mundo laboral”, que USO presenta junto a su campaña “Las mujeres no queremos”.
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