Con el cierre de la mayoría de los comedores escolares durante el verano, la vulnerabilidad de los niños aumenta. Este cierre implica que los niños se alimentan peor, sufren las altas temperaturas, se aburren y, en ocasiones, están expuestos a situaciones de violencia debido a las marcadas desigualdades que existen en España.
Tal como hemos mencionado en varias ocasiones, España encabeza las estadísticas de pobreza infantil. Educo, en su informe “Los derechos de la infancia no se van de vacaciones, infancia en riesgo y alimentación saludable en verano (2024)”, destaca que las deficiencias en la alimentación y la falta de actividades recreativas durante el verano afectan negativamente el bienestar de los niños.
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