Nos encontramos ante una situación crítica para los derechos de los trabajadores/as, y es nuestro deber, como organización sindical, alzar la voz, ante la no acción para actualizar la jornada laboral mínima, recuperada hace más de 40 años, y aún, sin ningún tipo de avance ni modificación. Aunque en muchos sectores sí hay jornadas laborales que mejoran el Estatuto del Trabajador, no es el caso de otros, con convenios más precarios.
El 26 de septiembre, los sindicatos CCOO y UGT convocan movilizaciones para exigir la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Aunque desde nuestro sindicato USO manteníamos contacto con ellos para coordinar acciones conjuntas en pro de la Unidad Sindical, lamentablemente han decidido ignorar nuestra participación en estas concentraciones frente a la CEOE.
No olvidemos que la lucha por la reducción de la jornada laboral ha sido una histórica reivindicación de nuestro sindicato. Desde 1983, no se ha conseguido ningún avance significativo en esta materia. Para nuestro sindicato en Euskadi, LSB-USO, es una prioridad que beneficiará especialmente a los sectores más precarizados y permitirá la creación de empleo. Este avance es vital para mejorar la igualdad, la conciliación familiar, y la salud física y mental de los trabajadores/as, además de aumentar la productividad.
Sin embargo, no podemos caer en la trampa de pensar que la reducción de jornada resolverá por sí sola todos nuestros problemas como trabajadores/as. Seguimos enfrentando una precariedad laboral brutal, temporalidad encubierta, parcialidad creciente, y la vergonzosa posición de liderazgo en desempleo dentro de la UE. Por si fuera poco, los salarios siguen siendo insuficientes para hacer frente a necesidades básicas como la vivienda. En la CAV aún hay un 40% de trabajadores/as sin convenios actualizados, lo cual nos deja en una situación vulnerable. No podemos hablar de un verdadero progreso laboral mientras tantas personas en Euskadi sigamos sin protección adecuada y con condiciones laborales desactualizadas. Además, el incremento salarial medio del 3,36% en 2024, aunque parece positivo, no compensa la inflación real que los trabajadores/as estamos experimentando.
Desde LSB-USO, exigimos que la reducción de la jornada laboral por ley se discuta en el Parlamento. La negativa de la CEOE no debe ser el único foco de la batalla. Los partidos políticos tienen la responsabilidad de legislar, y es ahí donde debemos centrar nuestra lucha. No olvidemos que aún falta debatir aspectos cruciales como la distribución de la jornada, las flexibilidades para pymes o la progresividad de la medida.
Por eso, aunque no hay una mayoría parlamentaria clara para aprobar esta medida, consideramos que debemos esperar el inicio del proceso legislativo y entonces, desde nuestra responsabilidad sindical y como LSB-USO, tomaremos las acciones necesarias para hacer que la voz de las personas trabajadoras se escuche en los foros adecuados.
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