Los últimos datos publicados por el Ministerio de Trabajo confirman lo que desde el sindicato LSB-USO llevamos tiempo denunciando: agosto ha sido un mes desastroso para el empleo en Euskadi. Con 2.705 personas más en desempleo que en el mismo mes del año pasado (un 2,49% más) y un aumento de 3.298 personas (3,05%) en comparación con julio de 2024, la situación es crítica.
Nos preocupa profundamente que el Gobierno Vasco intente justificar esta realidad como algo “natural”. Tradicionalmente, agosto ha sido un mes de contrataciones temporales para cubrir las vacaciones en sectores clave como la industria, los servicios e incluso nuevas contrataciones para reforzar la hostelería. Sin embargo, este año, el número de personas en paro ha aumentado significativamente hasta los 111.363, una tendencia que parece haberse consolidado tras las recientes reformas laborales.
Es necesario cuestionar si la figura del fijo discontinuo no está contribuyendo a este problema. Nos encontramos con un modelo de contrato laboral donde trabajadores/as que ocupan puestos durante 10 u 11 meses al año son enviados al desempleo en los meses de verano, una picaresca empresarial que precariza aún más el empleo en nuestra comunidad.
Aunque la contratación indefinida muestra un ligero aumento, representando apenas un 20,7% (9.928) de los casi 48 mil contratos firmados, sigue siendo insuficiente. Los empleos estables y de calidad parecen ser una promesa vacía, algo que nunca llega a materializarse pese a los anuncios de previsiones de mejoras de la economía.
Mucho empleo en Euskadi sigue siendo troceado, discontinuo y parcial, características que impiden a la ciudadanía vasca, especialmente a nuestra juventud, construir un proyecto de vida digno. Esta situación, agravada por tres años consecutivos de inflación, que afecta especialmente a los precios de la alimentación y la vivienda, obliga a muchas personas a vivir al límite, combinando varios empleos para poder sobrevivir.
Desde LSB-USO exigimos medidas inmediatas para cambiar este rumbo. Solo con empleos sólidos, jornadas laborales que permitan la conciliación entre vida personal y trabajo, y salarios dignos, podremos romper con esta tendencia estacional que amenaza con enquistarse en el mercado laboral vasco. El empleo debe tener el musculo suficiente para dejar de bailar con el calendario del mes.
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